sábado, 23 de febrero de 2013

Vamo’ Arriba

Por Fr. Pravus

Me gustaría empezar mi introducción dejando claro que he participado activamente de cuanto grupo esotérico hay en Puerto Rico. Como decíamos en aquel tiempo, era una prostituta esotérica. Ya no lo soy. Ya no creo en nada de esas cosas.

Traté de poner las teorías en práctica… y nada. Créanme que traté. Hice todos los experimentos. Hice todos los ejercicios. Seguí todas las instrucciones. E hice los cambios en mi vida, que me decían esas personas tenía que hacer. No forniques… no bebas… no fumes… no comas carne… come carne…

Pero nada. Nunca salí en astral. La meditación me sigue aburriendo. Y la constante repetición de mantras lo único que me dejó fue una mayor capacidad pulmonar.

Traté y cuando no lo logré esos desgraciados dijeron que era mi culpa. Que no me esforcé lo suficiente o que no tenía fe o cualquier otra excusa para hacerme creer que el problema era yo.

Pero la realidad es que esa falta de “constatación” de las teorías y prácticas no fue lo más que me desconvirtió… fueron las personas que formaban esos grupos los que verdaderamente me alejaron de esos grupos.

De entrada era raro encontrar personas que verdaderamente pusieran en práctica los ideales del grupo. Les decían a todo el mundo lo espirituales y morales (o cualquier otra bobada que su grupo decía enseñar a las personas). Pero la realidad es que no lo ponían en práctica. Sólo decían que lo hacían o le perdían a los novatos que las hicieran.

Mi desconversión se hizo final cuando en tiempos distintos me hice dos preguntas. Cuyas respuestas me iluminó más que cualquier práctica esotérica o libro escrito por algún “iniciado”.

La primeria…

Si no fueras parte de este grupo, donde se te obliga a tener alguna relación con estas personas, ¿Quién de ellos seria tu amigo?

La verdad es que de todos los grupos que pertenecí, con raras excepciones, ninguno seria mi amigo. Ninguno seria invitado a mi casa. Ninguno compartiría con mi familia. Por el contrario me mantendría lo más alejado posible de ellos.

La Segunda…

¿A cuál de estas personas te quisieras parecer cuando seas un viejo?

La triste realidad es que ninguna de esas personas es digna de emulación. Ser un viejo como ellos sería una gran maldición. Viviendo de las glorias de pasado. Teniendo sólo al grupo como actividad interesante en sus vidas o el grupo mismo la única razón por la cual vivir… o en el peor de los casos el grupo ser la excusa para poder salir de mi casa a serle infiel a mi esposa o satisfacer mi alcoholismo…

Todos los grupos místicos son una pérdida de tiempo y dinero. Me arrepiento de haber participado en ellos y de haberme creído todas las estupideces que me dijeron…

Ahora me toca a mí…